Un día paseando encontró un camino de piedras, de diversos colores, rojas, amarillas, verdes, lilas, blancas, negras; todas ellas reflejaban luces que brillaban a su paso.En su pequeña bolsa, fue recogiéndolas poco a poco, y se hizo con una gran cantidad de piedrecitas. No pesaban, eran cómodas de llevar, y sentía alegría en su interior, al mismo tiempo que tarareaba una melodía.
Al otro día, caminó hasta la playa, con su bolsa de piedrecitas...
Se paró en seco y empezó a colocarlas sobre la arena una a una, tarareando su melodía preferida..., así una vez, y otra vez ...
Al otro día, una chica que paseaba por la playa, divisó una luz destellante, que le llamó la atención. Se acercó a ella, y se dio cuenta que la luz provenía de unas pequeñas piedras posadas en la arena. Se quedó observándolas, descubrió la palabra "amor". Siguió avanzando, y volvió a divisar otro brillo, hasta que lo alcanzó, y vio que las piedras formaban la palabra "paciencia". Observó el Horizonte, y se dio cuenta de diversos puntos de luz, colocados por toda la playa; Esto le llamó bastante la curiosidad y comenzó a ir a cada punto de luz y poder leer lo que habían dejado escrito con las piedras, y encontró "deseo" y leyó "constancia" y deletreó "comprensión" y "pensamiento", "abrazo", "ternura", "respeto", "querer" ...
y empezó a comprender que aquellas palabras eran infinitas, como luces en el cielo, como piedras que encontramos a nuestro paso, que esperan ser leídas y escritas por nosotros, en este camino que no termina ...
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